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Intercambio nórdico

  • nuestrasraicesblog
  • 13 may 2019
  • 3 Min. de lectura

Por Valeria Cobian


Por Valeria Cobian. Aranza en el Centro de Coyoacán

Por tres semanas, Aranza García de ahora 21 años, participó en un intercambio estudiantil cuando iba a la preparatoria, donde tuvo que vivir en Dinamarca y vivir de cerca su cultura. Una persona con ganas de conocer el mundo, abierta a nuevas experiencias, esta por emprender una nueva aventura en España por medio año.

Con experiencia en conocer a extranjeros y acostumbrada a conectar con diferentes culturas, Aranza está preparada para cualquier situación.


1. ¿Qué fue lo que te motivó a ir de intercambio a Dinamarca?


Había aplicado para irme a Francia, pero al final no se logró porque había mucha competencia, sin embargo, a los pocos meses me informaron de un nuevo intercambio a Dinamarca y me invitaron a participar.


Realmente no tenía una idea o ni siquiera había pensado sobre irme a un país escandinavo, pero no me arrepiento, ha sido de las mejores experiencias de mi vida. Lo que más me motivo a participar fue el hecho de que la escuela nos proporcionó todas las facilidades, hasta clases en danés para poder comunicarnos durante nuestra estancia.


2. ¿Cuál crees que haya sido el choque cultural más fuerte al que te enfrentaste?


Primero el idioma, yo recibí a Lou en mi casa, una chica de mi edad que estuvo por tres semanas viviendo con mi familia. Era bastante difícil comunicarnos al principio, pues su inglés no era tan bueno y mucho menos el español, mientras que yo no hablaba nada de danés. Después de la primera semana y conforme Lou se iba ajustando más a la vida en México, me di cuenta que a pesar de ser una experiencia increíble, había muchas diferencias entre nosotras, pero creo que era el hecho de que ella estaba acostumbrada a vivir sola y tal vez ver tantas personas en mi casa la pudo incomodar de cierta forma.


Cuando yo fui a Dinamarca, ella se portó completamente diferente conmigo, claro, ella estaba en su “terreno” seguro y yo no. Estando en Svendborg pude darme cuenta que es un país completamente diferente al nuestro, es un país ordenado, limpio y seguro, sin embargo, extrañé la calidez de los mexicanos.


3. ¿Qué fue lo que más te gustó de tu experiencia en Dinamarca?


Todo, me encantaron los lugares que visite, me gustó su comida, en especial los hot-dogs y las barras de chocolate. Me gustó vivir la cultura tan de cerca, hacer lo que ellos hacían día a día, tener una vida normal danesa. Algo que recuerdo mucho es que salímos en grupo a andar en bicicleta y al ser tan altos ellos, no pude utilizarla porque yo soy algo pequeña, así que mientras los demás andaban, una amiga y yo tuvimos que empujar nuestra bici para alcanzarlos.


Cortesía de Aranza.

También visité Lego Land, una especie de parque de diversiones muy popular en Copenhague, igual que Cristiania, una isla donde conocí a un refugiado de la guerra en Siria, que esperaba con ansias volver a ver a su familia. Cuatro años después, Anas sigue siendo mi amigo y apenas hace tres meses logró llevar a su familia con él.


4. Si pudieras, ¿qué costumbres llevarías de México a Dinamarca y de Dinamarca a México?


De México a Dinamarca llevaría la comida y la calidez con la que los mexicanos nos caracterizamos. Ellos fueron muy amables conmigo, pero aun así mantenían mucho su distancia y se mostraban fríos hacia nosotros, no generalizo, pero la mayoría sí.


De Dinamarca a México definitivamente traería la cultura de la organización, fue impresionante para mí ver cuanta seguridad había de caminar por las noches, de enterarme de que no iban a quitar las cárceles debido a que estaban vacías, ver la calidad de vida que tienen. Por ejemplo, ellos tienen acceso a la salud dental de forma gratuita hasta los 18 años, tienen sueldos que les alcanza, inluso a jóvenes de entre 15-18 años, para poder vivir solos y bien.


Creo que este tipo de cosas son necesarias en México, necesitamos motivación para poder lograr un país mejor.


5. En lo personal, ¿qué fue lo que te dejó vivir en un país tan diferente a México?


El crecimiento personal fue muy importante para mí. Estando allá claro que extrañaba a mi familia, a mi país, a mis amigos y la comida, pero también me dio herramientas que me sirvieron mucho para hacerme más independiente, para poder resolver mis problemas sin ayuda de nadie. Pero creo que lo mejor de todo fue la experiencia cultural, el poder conocer tantas cosas y expandir mis horizontes.


Cortesía de Aranza. Sct. Nicolai Kirke, Dinamarca

En dos meses, Aranza empezará una nueva aventura, un nuevo intercambio donde estará con personas más cercanas a la cultura mexicana, pero aun así, en un país extraño para ella.

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